Biopsia de un argentino

Hay algo en un argentino que está impreso en el ácido desoxirribonucleico de cada célula que lo compone y es la pericia, habilidad, cancha para doblar las reglas,  la de cortar por la hipotenusa de puro adelantado mientras que el resto de los giles del mundo va por los catetos. Y a mi también se me notó, yo que trato de ser lo más apegado a las reglas y a la moral, cuando el chofer del colectivo me dio mi boleto y me dijo -asiento 22. Yo subí al colectivo y no me iba a andar sentando en el asiento que me correspondía al lado de alguien que no conocía, si yo la tengo re clara, si yo hace años que viajo en colectivo y se cómo arreglarmelas para viajar donde se me canta. Asi que busqué el asiento que estaba lo más alejado de los giles que se sientan donde corresponde y el que me parecía más cómodo y me senté, con ese sentimiento de qué clara que la tengo. Y me puse a elaborar potenciales respuestas en caso de que alguien me preguntase por qué no estaba sentado en el asiento que me habían dado, porque eso si, yo la tengo re clara, defiendo lo indefendible y soy torazo en rodeo ajeno. Elaborar potenciales respuestas a preguntas que nadie en tu boluda existencia te va a preguntar no es de los ejercicios intelectuales más productivos, te aconsejo, pero lo cierto es que estuve un rato enfrascado en esa pelotudez suprema mientras el paisaje de la isla iba desfilando en la ventanilla del Costera. Al llegar a Victoria ya en mi mente la cosa tenía magnitudes de debate nacional, yo defendiéndome como un campeón contra el viento y la marea de los giles, un verdadero adelantado. No sabía que había sido tan ágil argumentando ante imaginarios contendientes. Después de haber elucubrado semejante huevada mental se me da por fijarme en qué asiento me había ubicado a todo esto. Y sí, aunque no creas me había sentado en el 22, el que me correspondía. Me gané la medalla al distinto, al que te la hace de costeleta, al que cuando vos te compraste el pantalón yo ya me lo hice bermuda, al boludo, al argentino. Me cagué de risa, nací en el lugar indicado.